Cosas que no debes dejar de ver y hacer:
El casco antiguo es la parte fundamental de todo viaje a Oviedo. El asentamiento original del siglo VIII cuando se convirtió en capital del Reino Astur en el inicio de la Reconquista. El edificio más representativo es sin duda la Catedral de Oviedo en el centro mismo de la ciudad y construida sobre una basílica previa en el siglo XV. A pesar de los añadidos, se siguen manteniendo elementos de la estructura original, algunos de gran valor arquitectónico del peculiar prerrománico asturiano como la Torre Vieja. Consagrada a San Salvador es de estilo predonminantemente gótico. La Plaza de Alfonso II El Casto en la que se halla la Catedral tiene varios elementos de la baja Edad Media que confieren al enclave un bello aspecto, destacando entre ellos la Capilla de La Balesquida, la Casa de los Llanes, el Colegio notarial de Asturias, el Palacio de la Rúa y el Palacio Valdecarzana y Heredia. También en esta plaza está la Iglesia de San Tirso que es el edificio más antiguo de la plaza, siendo su fachada de la época del rey Alfonso II.
En la parte trasera de la Catedral podemos encontrar la Plaza de Feijoo, en la que está emplazada la Iglesia de Santa María La Real de la Corte en el mismo lugar en el que se erigió la primera iglesia de Oviedo y en la que se conserva una pila bautismal del siglo I. Muy cerca de esta iglesia, en la Plaza Corrada del Obispo, se levanta el Palacio Arzobispal, residencia de los obispos de Oviedo pero originalmente Palacio de la primera monarquía asturiana. A escasos metros está el Monasterio de San Pelayo, fundado también por Alfonso II y utilizado ininterrumpidamente como monasterio desde entonces; guarda en su interior los restos de San Pelayo. En la parte trasera de estos tres edificios están los restos de la antigua muralla medieval del siglo XIII que se pueden observar desde la calle Paraíso.
Junto a la Plaza de Alfonso II el Casto se encuentra la Plaza Porlier que en el siglo VIII era parte fundamental del recinto amurallado de la ciudad. Bajo los actuales edificios se encuentran los restos del Castillo de Alfonso II. Hoy la plaza está presidida por una serie de palacetes construidos en el siglo XVIII. En una esquina de la plaza se puede contemplar el edificio histórico de la Universidad de Oviedo. Muy cerca de este edificio se encuentra la Plaza de la Constitución, una de las más bonitas de la ciudad presidida por el Ayuntamiento, la Iglesia de San Isidoro y el Mercado de Abastos. Las calles adyacentes tienen un encanto especial que invitan a ser paseadas tranquilamente.
Otro de los puntos imprescindibles de nuestro recorrido por Oviedo es el Teatro Campoamor, punto tradicional de reunión de la cultura de la ciduad desde el siglo XIX. Este teatro es hoy mundialmente conocido por ser el lugar donde se entregan los Premios Príncipe de Asturias. Junto al Teatro Campoamor está el Campo de San Francisco, el mayor Parque del centro de Oviedo y que representa el ensanche urbanístico del Oviedo del siglo XIX. Lugar de paseo y relax de los ovetenses, sus cientos de árboles y jardines son una visita más que recomendada en tu estancia en la capital asturiana. No muy lejos de aquí tenemos uno de los pocos elementos civiles de la arquitectura de la Baja Edad Media, la Fuerte de Foncalada, de estilo prerrománico.
El arte prerrománico asturiano es característico del Principado y se fraguó en los siglos IX y X, cuando el resto de la península estaba siendo influenciado arquitectónicamente por la ocupación musulmana y solo Asturias conservó una continuidad entre el arte visigótico y las corrientes que llegaban del medievo europeo. Oviedo, como capital asturiana de este periodo es el máximo exponente de este estilo único en el mundo. Los elementos más destacados del concejo de Oviedo son la Iglesia de Santullano o San Julián de los Prados, la Iglesia de San Tirso, la Fuente de Foncalada, la Iglesia de Santa María del Naranco, la Iglesia de San Miguel de Lillo, la Iglesia de Santa María de Bendones y varios elementos que ya mencionamos de la Catedral.
El Monte Naranco es una de las señas de identidad de Oviedo, subiendo al Monte podremos encontrar dos elementos de ese arte prerrománico asturiano, el de San Miguel de Lillo y, por supuesto, Santa María del Naranco. La iglesia del siglo IX está construida sobre una edificación anterior de tiempos del Rey Ramiro I. Es imposible hacer una visita a Oviedo sin subir a este carismático lugar.Gastronomía, ocio y tiempo libre: