Turquía sigue siendo un país mayoritariamente islámico y, aunque Estambul es la parte más laica del país, habrá ciertas cosas que tendrás que conocer si no quieres ofender a la población local. Las más importantes las deberás conocer si quieres entrar a las mezquitas, en las que se debe entrar descalzo y siguiendo una estricta norma de vestimenta. Si te paran a la entrada y no sabes por qué, éste es un posible motivo. La mayoría de los musulmanes no beben alcohol, sin embargo en Estambul podrás tomarlo en muchos bares, pero no te extrañe si no está en la carta.
En Turquía el Euro es mejor no usarlo, ya que te aplicarán un mal cambio, es recomendable utilizar la lira turca y adquirirla en bancos o en casas de cambio. Esta última opción puede resultar la más cómoda pero te encontrarás importantes diferencias de precios. Para entrar en Turquía hay que pagar por un visado, recuerda que tu DNI o pasaporte no puede caducar en los próximos tres meses. Si no llevas el visado desde tu ciudad de origen, podrás sacarlo en el aeropuerto. En ambos casos tendrás que pagar unas tasas.
La mejor época para visitar Estambul es el final de la primavera y el principio del otoño. La humedad está presente durante todo el año, y en invierno se mete entre los huesos y en verano provoca el característico bochorno. Por eso es mejor elegir otras épocas con temperaturas más suaves. La cercanía con dos mares también hace que las precipitaciones en invierno sean abundantes, si vas en esta época, lleva un paraguas o un buen chubasquero.
Transportes
Estambul tiene dos aeropuertos que operan vuelos internacionales, el Ataturk y el Sabiha Gökçen. El primero es el más importante y al que vuelan las principales compañías. El Sabiha Gökçen es bastante más nuevo y está empezando a ganar presencia gracias a las compañías de bajo coste, sin embargo su comunicación con la ciudad es peor en todos los aspectos. Desde Ataturk la mejor forma de llegar al centro es a través del metro, aunque hay otras opciones como el autobús o el taxi, mucho menos recomendable salvo que tu vuelo llegue en horas en las que el metro esté cerrado. Sin embargo esta opción no está disponible en el Sabiha Gökçen que, en la parte asiática de la ciudad, tardarás en recorrer los 50 km que hay hasta el centro de Estambul y lo tendrás que hacer en autobús o taxi como únicas alternativas. Muchos Hoteles Estambul cuentan con servicio de recogida en el aeropuerto.
La red de transportes públicos de Estambul ha visto en los últimos años una gran remodelación. A día de hoy se puede cruzar de un lado al otro del Bósforo a través de la línea Marmaray TCDD, y las líneas de metro y tranvía, los mejores transportes de la ciudad, se han ampliado y mejorado mucho. El tranvía es la forma más cómoda y económica de recorrer el centro histórico de Estambul, sobre todo la linea T1 que pasa por los principales lugares de la ciudad.El barco, antes fundamental para unir ambos lados del Bósforo, ahora es más una atracción turística que una utilidad real. Con la tarjeta monedero Istanbulkart podrás pagar los autobuses, el metro, los tranvías y los barcos de la forma más sencilla.
Cosas que no debes dejar de ver y hacer:
La mayor parte de los monumentos y principales puntos de interés de Estambul están en la parte Europea al sur del cuerno de Oro, en lo que era la antigua ciudad romana de Constantinopla. En esta zona podemos dar un buen paseo por el Parque Gulhane y visitar los museos adyacentes. Contemplar el majestuoso Palacio Topkapi, la antigua residencia de los sultanes otomanos desde el siglo XV y la antigua Catedral bizantina de Santa Sofía (Hagia Sophia). Santa Sofía es probablemente el enclave más interesantes de la ciudad, tras ser usada como Catedral Ortodoxa desde el siglo VI, fue mezquita tras la caída de Constantinopla y hoy, es un museo donde poder disfrutar de una de las grandes maravillas de la arquitectura. A pocos metros está una magnífica construcción de la misma época, la Cisterna Basílica de Justiniano, que servía para abastecer de agua potable a la gran ciudad de Constantinopla. El segundo gran símbolo de la ciudad es la Mezquita azul, quizá una de las mezquitas más hermosas del mundo. Situada en la explanada que ocupaba el hipódromo de Constantinopla, el conjunto que conforman la Mezquita Azul, el Obelisco de Teodosio, el Obelisco de Constantino y la Fuente Alemana no se debe dejar de visitar.
El Gran Bazar de Estambul es el principal mercado y una pequeña ciudad dentro de Estambul en el que poder disfrutar del típico comercio de regateo hasta llegar a un acuerdo por un producto. Se podría decir que lo que no encuentres en el Gran Bazar, sencillamente no se vende. La Mezquita de Solimán el Magnífico es una de las más importantes de la ciudad por su gran tamaño y belleza. Si quieres conocer otro mercado tradicional, te tienes que dirigir al Bazar de las Especias, el mejor lugar para disfrutar de unos colores y olores increíbles. A pocos metros de allí, la Mezquita Nueva de Estambul domina el Cuerno de Oro.
Cruzando el Puente de Gálata, podremos observar la Torre Gálata desde la que se tienen unas de las mejores vistas del estrecho del Bósforo y del Cuerno de Oro. Este es el Estambul más moderno, donde la Plaza Taksim es el centro de la vida social de los estambulitas y donde podrás encontrar las mejores zonas para salir y comer. No muy lejos de esta céntrica plaza está el Palacio de Dolmabahçe, una de las últimas grandes obras del Imperio Otomano que se presenta impresionante a orillas del mar. En esta zona de la ciudad está la Mezquita de Ortakoy, también a orillas del Bósforo y junto a uno de los puentes que unen Asia y Europa.
Gastronomía, ocio y tiempo libre:
En Estambul no te costará comer a buen precio si no eres muy exigente, aunque también podrás comer comida tradicional sin rascarte demasiado el bolsillo. Los mejores restaurantes suelen estar en los alrededores de la Plaza Taksim, que es también donde están los mejores Hoteles en Estambul. Quizá el plato más conocido de la cocina turca es el kebap y, aunque se parece, no es exactamente igual que lo que nos sirven los restaurantes turcos de España. La cocina turca está muy basada en la carne de cordero, las verduras y el uso extensivo de las especias. En Estambul podemos agregar a esta combinación el pescado y el marisco que sobre todo podrás encontrar en los restaurantes más cercanos al Mar de Mármara al sur de la ciudad.
Una de las cosas que no puedes dejar de hacer en Estambul es un pequeño crucero por el Bósforo. Hay una buena oferta de embarcaciones que incluyen atracciones en el barco, como espectáculos, cenas y similares. Muchos de los recorridos están guiados, incluso en español; esto puede ser interesante si quieres ver los monumentos de la ciudad desde el barco y saber perfectamente lo que ves con una breve explicación.
Los estambulitas reintrodujeron en Europa la costumbre romana de los balnearios. Los famosos baños turcos son una actividad que no debes dejar de realizar cuando viajes a Estambul. Lo más aconsejable si te quieres llevar una buena experiencia para casa es que vayas a uno tradicional, los Hamam, y te alejes de los Spa tipo occidental porque eso lo puedes hacer en cualquier lugar y no será lo mismo. Muchos baños turcos, además de las experiencias del calor húmedo, el calor seco y la piscina fría, incluyen un masaje final que te pondrá los músculos en su sitio. Ideal para ese día en el que te hayas pateado toda la ciudad y necesites relajarte.