Qué ver en Maldivas: lugares y planes imprescindibles
Oficialmente la República de las Maldivas, este exótico país formado por un conjunto de 1200 islas de las que solo 200 están habitadas se ha convertido en las últimas décadas en uno de los destinos favoritos, y no solo para viajes en pareja. Sus idílicas playas de arena nívea y aguas claras con un fondo azul cian, el lujo que envuelve la mayor parte de su oferta hotelera y unos fondos marinos incomparables son algunos de los motivos por los que estas exclusivas islas encumbran la lista de las vacaciones soñadas de toda una vida.
Hay quien las encasilla en un destino romántico, pero nada más lejos de la realidad. Las Maldivas ofrecen un turismo de aventura en el que no faltan los cursos de submarinismo, las experiencias inverosímiles como desayunar rodeado de tiburones martillo, nadar entre tiburones ballena, volar en hidroavión o incluso experimentar en primera persona lo que se siente siendo un náufrago (de lujo, eso sí).
Si lo tuyo son los deportes acuáticos, aprovecha tu viaje a Maldivas para practicar tu deporte favorito e incluso iniciarte en alguno de ellos. No encontrarás un entorno igual que motive tanto como las cristalinas aguas del océano Índico.
Sinónimo del lujo y la exuberancia más exquisitas, la imagen de una villa sostenida sobre un mar con bellos fondos de coral en el que se deslizan miles de peces de colores forma parte ya del imaginario colectivo y es indisoluble a la experiencia de unas vacaciones en este paradisíaco archipiélago. Más allá de la espectacularidad de sus islas y playas vírgenes, no te cierres a visitar una de las islas habitadas por lugareños para conocer de cerca el estilo de vida local, ni tampoco dejes de explorar su capital, Malé, para sentirse como un maldivo más.
Repasa con nosotros los sitios imperdibles que ver en Maldivas y descubre cuáles son las Maldivas que mejor van contigo, en función de tu presupuesto y de tus expectativas.
Malé. La capital del archipiélago es lo primero que verás desde el avión a pocos minutos de aterrizar, además del cordón de islotes y atolones diseminados por todo el océano sobre los que parecen flotar lujosas villas, claro está. Llama la atención el contraste de altos edificios enmarcados por un mar que aquí sigue siendo turquesa. Parte imprescindible de quien realmente viaja es conocer la idiosincrasia y la esencia de los pueblos que visitas, y eso es precisamente lo que conseguirás al perderte por las coloridas calles de esta urbe. Eso, y conocer de cerca el corazón mercantil del país a través de sus mercados abarrotados, y parte de la vida cotidiana de los maldivos en su curioso Museo Nacional.
Addu. Este atolón al sur del país es uno de los mejor conservados, especialmente tras el paso del fenómeno climatológico de El Niño en 1998. De hecho, es el único sitio en todo el país en el que todavía se pueden contemplar enormes corales cuerno de ciervo que no sobrevivieron en el resto de las islas. Si estás pensando en hacer tu bautismo de buceo en las Maldivas, no se nos ocurre un sitio mejor. Imposible no quedar conmovido con tanta belleza subacuática.
Maafushi. Así se llama la primera isla de las Maldivas en convertirse en un centro turístico y, a día de hoy es probablemente, con sus más de 30 hoteles y pensiones, uno de los mejores destinos para los bolsillos más apretados. Situada a tan solo dos horas del aeropuerto de Malé, ofrece al igual que sus vecinas más sofisticadas, interesantes excursiones y una variada oferta de submarinismo.
Kuramathi. Si, por el contrario, lo que ansías es privacidad, en esta isla hotel –la más larga del archipiélago– Kuramathi es la tuya. Prepárate para pasear entre una exuberante vegetación tropical que abarca sus casi dos kilómetros de extensión de punta a punta, descansar en sus extensos arenales o disfrutar tomando algo en uno de sus bares sobre la arena.
Velassaru. En este resort-isla encontrarás, además de aguas aún más azules y una arena harinosa y resplandeciente, un lujo minimalista y contemporáneo, y una oferta gastronómica de lo más innovadora. Ojo, porque sus piscinas «infinity» son de lo más «instagrameables».
Kurumba. Se trata del histórico primer resort del país y, aunque sus bungalows puedan ser algo más antiguos que el resto, siguen conservando ese toque de exclusividad que caracteriza a Maldivas, con sus piscinas privadas, una envolvente vegetación tropical, y restaurantes junto al mar.
Los «Big Three». No hablamos del último complejo hotelero de moda en las islas Maldivas, sino el trofeo que persiguen muchos submarinistas que viajan al archipiélago: ver el tiburón ballena, la mantarraya o manta gigante y el tiburón gris, de los cuales, los dos primeros son especies inofensivas que se alimentan de plancton y pequeños peces, pese a su llamativo tamaño. Las empresas que ofrecen inmersiones en el archipiélago saben bien donde poder observarlos e incluso nadar con ellos.