Con más de 8.000 kilómetros de costa, nuestro país cuenta con algunas de las playas vírgenes más impresionantes del mundo, pequeños paraísos escondidos de inimaginable belleza bañados por aguas cristalinas.
Y no, no exageramos nada. Sigue leyendo para conocer algunas de ellas: 10 auténticas joyas por descubrir, desde pequeñas calas en Baleares o Canarias hasta preciosas playas de arena blanca y fina en Murcia o Almería.
¿Qué tiene de especial Gulpiyuri para haber merecido el título de Monumento Natural? Pues que se trata de ¡una playa sin mar!
La playa más pequeña del mundo se encuentra en Asturias y está entre la costa de Llanes y Ribadesella, inmersa en la hermosa campiña asturiana. Se formó por un fenómeno de erosión kárstica que permitió que el mar se colara a través de un túnel subterráneo de 100 metros de largo y que arrastrara toda la arena, dando al visitante la sensación de una piscina natural, ya que el mar Cantábrico queda oculto por un promontorio rocoso; además, está rodeada de verdes prados, lo que contribuye a darle aún más autenticidad.
Solo se puede acceder a ella desde la playa de San Antolín o desde Naves.
A 35 kilómetros de Pontevedra, en la hermosa península de O Grove, encontrarás esta pequeña calita de arena blanca y fina situada en un paraje aislado y completamente virgen. Descubrirás un espectáculo de naturaleza inexplorada, con varias calas de agua turquesa, grandes rocas y una tranquilidad casi idílica. El acceso es algo complicado pero es el que garantiza la tranquilidad total, incluso en las horas del día con más afluencia. Se puede llegar a pie por un camino muy bien señalizado o directamente en coche, ya que la playa cuenta con un excelente aparcamiento.
El agua está bastante fría pero merece la pena por sus espectaculares vistas, sobre todo al atardecer, de las islas de Sálvora y Ons. Después de pasear y explorar la zona, haz una parada en el chiringuito para picar algo o tomar un cóctel con vistas al mar.
Si el periódico británico The Guardian la consideró la mejor playa del mundo hace unos años, por algo será, ¿verdad? El reconocimiento fue –y es– merecidísimo: un pequeño archipiélago, un parque natural protegido y un verdadero paraíso natural de arena blanca y agua clara como el cristal rodeado de dunas naturales. Para llegar a esta pequeña joya, tienes que reservar plaza y tomar el barco desde Vigo.
Y si te gustan las caminatas largas, después de desembarcar del ferry puedes elegir entre cuatro rutas diferentes perfectamente señalizadas. ¡Sube al faro, porque desde aquí la vista es impresionante, entre ensenadas, costas recortadas y una espléndida vegetación!
Si imaginamos la imagen ideal de una playa, sin duda la de Bolonia cumple todos los requisitos: casi 4 km de largo y 70 metros de ancho de fina arena y preciosas aguas cristalinas. Paraíso del windsurf por el fuerte viento que lo caracteriza, sepa que una zona de esta playa es nudista.
Por si lo anterior no fuera suficiente, en el extremo norte se levanta una de las dunas más grandes de Europa: 30 metros de altura y 200 de longitud que se adentran en el pinar de Punta Camarinal.
Y, además, cuenta con sus propias ruinas romanas, las de la ciudad de Baelo Claudia, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de toda Andalucía, con un teatro y foro romano incluidos.
Con los años han ido abriéndose bares y restaurantes en la línea costera, lo que no quita que podamos echar a andar y dejemos atrás (casi) todo rastro de civilización.
Vamos a Almería a encontrarnos con un paisaje que nada tiene que ver con los anteriores. Cala Chicré es una de las joyas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Junto con Cala Carbón, esta pequeña cala rocosa, con sus 50 metros de arena fina y dorada, es perfecta para el nudismo por su soledad y tranquilidad. El paisaje parece sacado de una película prehistórica. No ofrece ningún tipo de servicio, así que lleva comida y agua. Desde esta cala parte un camino que continúa hasta la de la Media Luna, imprescindible para admirar unos parajes excepcionales y nadar entre las rocas.
Otro imprescindible de la costa almeriense, con una estética volcánica espectacular. Ubicada entre las localidades de Carboneras y Agua Amarga, aparece con frecuencia en las listas de mejores playas de España y Europa. A pesar de su difícil acceso (un descenso de 15 minutos por un camino de arena y piedras desde el aparcamiento en la carretera) suele estar muy concurrida, por lo que te recomendamos que madrugues para visitarla. Otra opción es llegar a ella en barco desde Carboneras.
La playa no es de arena, sino de pequeños guijarros de colores que, con la luz del sol, crean encantadores reflejos de luz. Está protegida por dos enormes rocas y con el agua tan transparente, no es extraño ver pececillos nadando cerca de la orilla del mar.
Esta maravilla se encuentra en el Parque Natural de Calblanque, uno de los parajes naturales vírgenes mejor conservados de la costa mediterránea. Conocida también como 'playa larga', se extiende a lo largo de kilómetro y medio de litoral con arenas finas y doradas, calas solitarias y aguas siempre limpias. Este oasis natural, enclavado en un entorno fantástico, es un refugio para la fauna autóctona, un paraíso para la flora mediterránea y un lugar de culto para surfistas y amantes del senderismo.
Cada vez es más conocida, por lo que suele ser bastante frecuentada en verano, pero ten en cuenta que no ofrece ningún servicio, ¡así que lleva contigo todo lo que necesites!
Te explicamos por qué merece la pena planificar una escapada a esta localidad de Girona: nada de urbanizaciones alrededor, solo campo, vegetación y un Meditarráneo translúcido.
La playa de Es Castell, a escasos metros del poblado ibérico de Castell, está bordeada por dos paredes rocosas ideales para la práctica del esnórquel y en las inmediaciones también se pueden realizar paseos por la costa en un parque protegido. También puedes alquilar una canoa y remar hasta hermosas calas. Además, la playa cuenta con restaurante y aparcamiento.
Si te interesa la arqueología, puedes explorar el poblado ibérico antes mencionado: se trata de un asentamiento del siglo VI a. C. que estuvo habitado hasta el siglo I.
La isla balear tiene tantas calas y playas que es difícil decidirse por una. Es Talaier es una de las más pequeñas y solitarias de Menorca. La encontramos unos 13 km de Ciutadella, entre el Pinar y la Talaia d'Artrutx, en la parte sur de la isla.
Es en estas aguas donde se respira el espíritu libre de Menorca: se trata de una bahía pequeña y apartada que alberga dos playas separadas por un gran acantilado rocoso. Su arena es fina y blanca, y la bahía está completamente rodeada por dunas y por un espléndido pinar donde refugiarse para encontrar algo de sombra.
La opción más habitual para llegar a Es Talaier es aparcar en Son Saura y caminar 15 minutos por el camino que hay a la izquierda de la playa.
Es la joya de esta isla canaria, con arenas doradas y aguas de mágicos colores. Son 2 kilómetros de playa en el sur de Lanzarote, repartidos en pequeñas calas: Mujeres, El Pozo, Caleta del Congrio, Puerto Muelas y Papagayo. Estas playas se encuentran dentro del Parque Natural de Los Ajaches, donde además podrás contemplar el Monumento Natural, todo un símbolo de la isla.
Por supuesto, una de las playas es Papagayo, una pequeña cala de arena blanca en forma de media luna, de locos colores, pequeñas cuevas y aguas claras y tranquilas perfectas para practicar esnórquel y admirar la riqueza de sus fondos marinos.
Dada su popularidad, te aconsejamos que llegues temprano para evitar las aglomeraciones: hay que pagar por entrar a la reserva y en la zona hay un amplio aparcamiento y numerosos restaurantes especializados en pescados.
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