Algunos países son sinónimo de islas: Grecia, Tailandia, Indonesia y, por supuesto, Croacia. Cerca de mil islas salpican el litoral de este país, de las cuales 48 están habitadas, por lo que no tendrás ningún problema a la hora de encontrar el destino que mejor se adapte a tus exigencias viajeras. Para orientarte en esta aventura marítima, te hemos preparado una guía sobre las islas de Croacia que te resultará de gran utilidad en tu visita a las islas.
Este es el punto de partida ideal para tu aventura croata. La ciudad medieval de Dubrovnik está repleta de lugares históricos de referencia, además de ser un nombre clave en los movimientos culturales del país y en todo lo relacionado con su gastronomía. Desde las zonas más altas de la ciudad se obtienen unas vistas sensacionales del patrimonio tangible e intangible de esta joya del Adriático. Aunque tradicionalmente ha sido un destino turístico muy popular, tras el éxito de la serie Juego de tronos, que escogió esta ciudad como ambiente de muchas de sus escenas, su popularidad ha ido en aumento.
Cuando hayas terminado de descubrir el encanto de sus calles, puedes dirigirte al puerto para planear tu primera salida a las islas.
Ideal para: conocer los lugares de rodaje de Juego de tronos.
No te puedes perder: las vistas del atardecer desde el teleférico.
Cómo llegar: el aeropuerto de Dubrovnik se encuentra en Cilipi, a unos 15 km del centro de la ciudad. La opción más económica es la del autobús, que te conecta directamente con el centro urbano en apenas 25 minutos. Si quieres un servicio más rápido, siempre puedes coger un taxi.
Mljet es una de las mejores islas para visitar si lo que buscas son paisajes naturales sorprendentes. Mljet cuenta con impresionantes playas, dos lagos de agua salada en los que está permitido el baño y un increíble parque nacional. Es sin duda una isla para explorar en la que puedes programar varios días de trekking fotográfico por su parque nacional o dedicarte a la práctica del piragüismo, una actividad también muy popular. Se trata de una isla tranquila y preciosa. No en vano, según la leyenda, es aquí donde Ulises vivió escondido siete años con la ninfa Calipso. ¿Se te ocurre un plan mejor?
Ideal para: explorar el territorio a pie o en canoa.
No te puedes perder: el Palacio romano. Sus ruinas son tan extensas que la carretera prácticamente tiene que atravesarlas.
Cómo llegar: desde Prapratno, a 56 km de Dubrovnik, cuentas con un servicio transbordador de automóviles prácticamente a diario. Si no tienes vehículo propio, puedes tomar el autobús que sale del aeropuerto de Drubrovnik hacia Prapranto y desde allí viajar en catamarán hasta la isla.
Próxima parada: Hvar. Muchos lo consideran un enclave costero de paso hacia otras islas, pero lo cierto es que Hvar está repleto de opciones de ocio y restauración. Infinidad de restaurantes pintorescos, bares de moda y un deslumbrante puerto desde el que puedes deleitarte contemplando los yates más lujosos del país. El corazón de la isla está en la ciudad de Hvar, que cuenta con una amplia oferta hotelera y de restauración para los que van buscando disfrutar de la buena vida. Además, hay muchos bares por los alrededores que son el reclamo perfecto para pasar un buen rato durante las vacaciones. En lo que se refiere al paisaje, Hvar es una isla salpicada de aldeas tradicionales que se abren paso entre montañas escarpadas, viñedos y campos de lavanda.
Si quieres aprovechar el viaje para hacer una parada adicional, súbete al fast ferry que te lleva hasta Brac.
Ideal para: contemplar los yates de lujo en el puerto.
No te puedes perder: la plaza de San Esteban. Un lugar genuino en el que puedes tomarte una copa junto a una hermosa fuente del siglo XVI.
Cómo llegar: hay dos aeropuertos nacionales que ofrecen servicios de autobús directos a Hvar, el de Split y el de Dubrovnik. Sea cual sea el lugar en el que aterrices a tu llegada a Croacia, también tienes la posibilidad de alquilar un coche o moverte en taxi.
A muy poca distancia en ferri desde Split y Hvar está la isla más grande de Croacia, que cuenta con aeropuerto propio. Es famosa entre otras cosas por su piedra blanca, con la que se construyó la Casa Blanca, por su aceite de oliva y por sus maravillosas playas, entre la que destaca la de Zlatni Rat, también conocida como el "Cuerno de Oro".
Ideal para: disfrutar de unas playas y unas vistas sensacionales.
No te puedes perder: Zlatni Rat y su paisaje siempre cambiante.
Cómo llegar: a menos que viajes directamente al aeropuerto de Brac, el acceso se hace por mar. Puedes llegar en tren, autobús o coche hasta Split y Makarska y desde allí tomar un ferri o un catamarán.
Desde Brac, la siguiente parada recomendada es Split. Desde la perspectiva de qué hacer en Croacia, Split es un destino especialmente recomendado para los aficionados al fútbol. En este sentido, la visita al Estadio Poljud del Hajduk Split es una actividad obligatoria. Pero si el deporte te interesa más bien poco, hay otros motivos, de tipo cultural e histórico, por los que merece la pena acercarse a Split. La isla cuenta con numerosos atractivos como el Palacio de Diocleciano, la catedral de Santo Domingo, la Galería Mestrovic y el puerto de Riva.
Ideal para: fanáticos del fútbol.
No te puedes perder: la Galería Mestrovic, que alberga una de las colecciones más completas del escultor Ivan Mestrovic.
Cómo llegar: el aeropuerto de Split opera vuelos internacionales. Desde aquí hay, aproximadamente, 24 km hasta el centro de la ciudad y el trayecto se puede realizar en autobús hasta la estación principal. El viaje dura unos 30 minutos. También tienes la opción de alquilar un coche o coger un taxi.
Esta vez romperemos la lógica del salto de isla en isla y renunciaremos al ferri para viajar por carretera hasta Markarska. ¡No te arrepentirás!
Ideal para: disfrutar de la vida nocturna.
No te puedes perder: la Riviera de Markaska, un tramo de playas de más de 60 km de largo.
Cómo llegar: alquila un coche en el aeropuerto de Split y disfruta conduciendo durante 64 km entre estupendos paisajes. Si prefieres el transporte público, toma un autobús en la estación de Split. Tienes conexiones con las principales ciudades de la región de Makarska.
Retomamos la tónica de los viajes en barco para dirigirnos hasta la isla de Korcula, conocida también como "la pequeña Dubrovnik", uno de los mejores lugares para visitar en Croacia. Un territorio bendecido por preciosas aldeas, viñedos, pinares, murallas medievales y una hermosa catedral, en la que supuestamente habría nacido Marco Polo.
Ideal para: visitar pueblos pintorescos y contemplar hermosos paisajes.
No te puedes perder: la catedral de San Marcos o catedral de Korcula, donde se dice que nació Marco Polo.
Cómo llegar: la forma más rápida es tomar un ferri desde el puerto de Dubrovnik, aunque este servicio solo funciona durante determinados períodos del año. Otra opción es coger el autobús local que lleva hasta la Costa de Orebic y desde allí subirte a uno de los ferris que sí están disponibles los 365 días del año.
Si te apetece ampliar tu estancia en Croacia unos días más, tenemos dos sugerencias para ti. Por un lado esta Rab, una pequeña isla de tan solo 22 km de largo, que cuenta con frondosos bosques y estupendas playas.
La otra opción es Vis, una isla maravillosa y poco explotada desde el punto de vista turístico. Durante más de 40 años se utilizó como base militar y los únicos visitantes que recibía, fuera del personal del ejército, eran agricultores y pescadores. Con el paso del tiempo el panorama fue cambiando y ahora se trata de un destino muy popular entre quienes navegan con sus yates. Y ya que has llegado hasta aquí, ¿por qué no planear una visita a la vecina isla de Bisevo? Es un paraje conocido por sus cuevas de aguas azuladas, el lugar perfecto para terminar tu odisea particular por las islas croatas.
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