Descubre con nosotros uno de los reclamos turísticos más populares de la Comunidad Valenciana: el lago de Anna, un espacio natural en el que pasar una jornada de verano, descubrir sus cascadas y marcarse más de una ruta de senderismo. Te contamos todo lo que necesitas saber para tu visita.
La conocida como Albufera de Anna o lago de Anna es un paraíso acuífero a tan solo 70 kilómetros de Valencia y a uno del municipio de Anna que le da nombre. De origen prehistórico –hace ya algunas décadas se descubrieron restos del Mesolítico y del Neolítico– tiene una extensión de unos 300 metros de largo y 180 de ancho, y está poblado por un sinfín de patos, ocas y todo tipo de aves acuáticas, además de barbos y truchas que hacen de él un lugar idílico para la pesca. Para los que prefieren darse un baño, cuenta con una piscina natural adyacente –el baño está prohibido en el lago original– con una cascada que la alimenta de agua. Y hablando de alimentar, su característica morfología con los denominados «ullals» (ojos) permite la entrada constante de agua de los acuíferos naturales de la zona, con lo que sirve de fuente de regadío para los campos de alrededor. Esto es algo que ya supo ver el pueblo Almohade, encargado de darle nombre a este asentamiento: el topónimo de Anna viene del árabe «al-yanna», o lo que es lo mismo, «ojos de agua».
Como ya habrás visto, este paraje natural pinta ideal como alternativa a la playa en los meses de verano. Y efectivamente lo es: prueba de ello son las numerosas familias que suelen poblar sus orillas. A ello ayuda que, además de la zona de baño con su cascada, sus aseos, la zona de picnic y los restaurantes y chiringuitos, existe un parque infantil y una extensa zona de árboles –en su mayoría pinos y plataneros– que da la tan preciada sombra que todos buscamos en esa época del año. Junto con la oferta de baño y pesca, también existe la posibilidad de alquilar una barca y dar un paseo por sus aguas. Eso te permitirá descubrir rincones como el islote central del lago, donde hay restos de los asentamientos prehistóricos de la zona. Otra de las actividades que ofrece la zona es la de recorrer el laberinto del lago, el más grande de la Comunidad Valenciana, con sus dos kilómetros de extensión. Cuenta con zona de juegos que incluye tirolina, rocódromo o areneros, entre otros. Por lo demás, hay un camping que cuenta con acceso gratuito a los lagos.
De las muchas posibilidades que da esta reserva natural, nos quedamos con uno de sus itinerarios más conocidos: el de sus tres cascadas con sus correspondientes «gorgos» o pequeñas pozas creadas por los saltos de agua. En los alrededores del lago de Anna o albufera de Anna existen varios: el de la Escalera, el de Gaspar –también llamado de Palet– y el Gorgo Catalán, además de cascadas como la del Salto o la de Los Vikingos, la llamada Fuente Negra y la Fuente de Marzo. Esta ruta de senderismo de 3 kilómetros en total suele llevar unas dos-tres horas, y en su recorrido verás restos de antiguas fábricas textiles que se valían de la energía hidráulica para funcionar. La primera parada es el Gorgo de Gaspar, el más cercano al casco antiguo del pueblo. Justo después de él se encuentra la primera gran caída de agua que da lugar a la impresionante cascada de Los Vikingos. Seguidamente, y de acceso más complicado de la anterior, está el Gorgo de la Escalera, una enorme poza de aguas cristalinas con una escalera que lleva al agua, y una cascada, la del Salto, última parada de nuestra ruta.
Dentro del término municipal de Anna, más allá del lago o de la albufera, encuentras joyas dignas de visitar como el Castillo-palacio de los Condes de Cervellón, también conocido como «la Alhambra valenciana», por los patios y las salas árabes que recrean el mundo musulmán instalado en Anna a partir del siglo XII. Se encuentra en pleno caso histórico del pueblo, y en la actualidad es un Centro de Difusión Patrimonial en el que encontrarás museos como el de etnología y el del agua. Hablando de patrimonio, en este caso religioso, tenemos que mencionarte la iglesia parroquial de Anna, la ermita del Santísimo Cristo de la Providencia, un templo del siglo XVIII ubicado al final del conocido como Calvario del pueblo, y desde el que además tienes unas bonitas vistas del valle que lo alberga.
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