Vuelos desde Madrid a Milán a partir de 57 €

En las inmediaciones se encuentra el Teatro alla Scala, uno de los teatros de ópera más famosos del mundo. El Teatro alla Scala ha sido el lugar elegido para estrenar algunas de las más importantes óperas de la historia como Madame Butterfly de Giacomo Puccini o Nabucco de Verdi. Los viajeros pueden visitar el Museo de la Opera, dentro del Teatro, así como el propio edificio.

Retrocedemos en el tiempo al visitar el Castillo Sforzesco, originalmente una fortaleza del siglo XIV. El Castillo Sforzesco es uno de los lugares más emblemáticos de Milán y alberga múltiples museos. A su lado se encuentra el Parque Sempione, uno de los espacios verdes más importantes de la ciudad. Construido a finales del siglo XIX siguiendo el estilo de los jardines ingleses, el Parque Sempione es uno de los lugares 'must'de Milán.

No obstante, la atracción más importante de Milán es ‘La Última Cena’ de Leonardo da Vinci, una de las obras pictóricas más famosas del mundo, que podremos admirar si visitamos la Iglesia de Santa Maria delle Grazie. Y nada mejor que terminar nuestro viaje en el tiempo en la Piazza Mercanti, una de las plazas más bonitas de Milán por estar rodeada de antiguos edificios de la época medieval.

Milán es sinónimo de iglesias

Los viajeros más experimentados saben que visitar cualquier ciudad italiana conlleva visitar alguna de sus iglesias. Además de visitar la Iglesia de Santa Maria delle Grazie o la Catedral de Milán, existen cinco construcciones religiosas en Milán de una belleza sublime. La primera de ellas es la Iglesia de San Lorenzo Maggiore, edificada en el siglo IV, que puede presumir de ser la más antigua de Milán.

Otra de las más relevantes es la Basílica de San Ambrosio, construida en el siglo XI, y representa el estilo autóctono romántico lombardo. La Iglesia de San Maruizio Al Monasterio Maggiore fue en un primer momento un convento para monjas benedictinas, mientras que la Abadía de Chiaravalle perteneció a la orden de los monjes cistercienses. La más extraña de todas ellas es la Iglesia de San Bernardino alle Ossa, con una macabra decoración compuesta a base de huesos humanos.