Hoteles en Amsterdam

Una combinación perfecta de belleza, compras y arte. Idónea para visitar en un par de días sin estrés ni agobios. Muy bien comunicada y de fácil acceso. Combina a la perfección cultura, compras, historia y gastronomía. Perfecta para ir con tu pareja y pasar un par de días inolvidables. Sitio obligado a conocerse. Lo recomiendo a todo el mundo.

La visita a Ámsterdam se debe complementar con desplazamientos a lugares como Delft, Volendam, etc., aprovechando que las distancias son cortas y los transportes puntualísimos, cómodos y rápidos. Una experiencia estupenda.

El viaje ha estado bien organizado y no hemos tenido ningún problema ni con los vuelos ni con el hotel. Amsterdam es un buen destino para viajar con niños. Se pueden hacer muchas cosas que les resultan entretenidas: viajar en barc0 por los canales, visitar el Museo Naval, ir de Volendam a Marken en el Marken Express, ....

Para un español ver Amsterdam y Holanda en general es ver otra forma de vivir, ni mejor ni peor, pero totalmente distinta. Lo más interesante son los desplazamientos en bicicleta y en barcos con un clima que no es el adecuado la mayor parte del año

Nos ha encantado la ciudad. La gente muy amable y todo muy bien señalizado para moverte. El transporte público rápido y muy cómo de usar, En definitiva una segunda luna de miel para una pareja que lleva casada ya 10 años.

Amsterdam lo tiene todo, ofrece vistas increíbles, la casas en navidad muy adornadas y muy bonitas, el frío es soportable aunque a veces la orejas sufren un poco... Hay multitud de cosas por ver, yo me llevo el paseo por los canales de Amsterdam, el museo de heineken y del sexo, los coffee shop, etc etc mucho ambiente en el centro y muy agradables en el trato. Un viaje que jamás olvidaremos!.

Viajando a Amsterdam conoces una nueva cultura mucho más liberal y sin tapujos. Haz lo que quieras, viste como quieras y no pasará nada. La ciudad es preciosa, muy tranquila en noviembre y puedes aprovechar para visitar los alrededores con alguna excursión contratada. La única pega es la comida, ya que no tienen nada típicamente que no sea queso y arenques.

Amsterdam es un lugar que merece la pena visitar. La ciudad invita a recorrerla a pie, descubriendo rincones que no podrías disfrutar yendo de un lugar a otro en transporte publico. Recorrer los mercados, los museos (el que mas nos gusto el de Anna Frank, por su carga histórica) , el barrio rojo, coffee-shops, Dam, crucero de los canales... Volendam, Edam y Marken son unos lugares dignos de admirar, también el pueblo de los molinos Zaanse Schans (todo muy bien comunicado con el centro)

Amsterdam es una ciudad donde no te sientes turista; cualquier barrio y hora es buena para pasear, comer ... Se echa de menos que nadie se esfuerce un poco en hablar en español. ciudad fácil de pasear, andando o en bici. Buen ambiente, sensación de seguridad, incluso por la noche.

Buena opcion este hotel para los que unicamente van a dormir y poco mas. Sobre todo para los que viajan en coche, ya que justo delante hay un parking a unos 12 euros las 24 horas. Para moverte por Amsterdam solo tienes que coger el ferry gratuito que sale cada media hora al lado del hotel y en 10 minutos te deja en la estación central, desde donde te puedes mover ya a pie hasta cualquier punto de Amsterdam ya que no es muy grande, sin gastar un euro en transportes publicos. En cuanto al Hotel, curioso lo de ser un barco. Un poco viejo y cutre, las habitaciones huelen como a viejo y humedad y la ducha es muy muy pero que muy pequeña, pero en cualquier caso, si no eres muy exigente, es aceptable. El desayuno está bien, suficiente para coger fuerzas. Solo se echa de menos la fruta, pero tienes leche, zumo, cafe, cereales, bolleria, tostadas, embutido, bacon, salchichas, huevos, judias, en fin, que desayunar se desayuna. El personal no destaca por amabilidad, incluso alguno me parecio incluso desagradable, como la rubia de recepcion de las tardes, pero bueno, en general me parecio buena opcion y lo recomendaría a.

Nos ha encantado Amsterdam, hemos visitado la casa de Ana Frank (sobrecogedora), el mercado de las flores, la casa museo de Rembrandt, el museo Van Gogh, el rijksmuseum, recorrimos los pueblos de los molinos, Damos y Voledam. Comimos arenques, bebíamos cerveza, esquivamos bicis por todas partes. En definitiva lo hemos pasado muy bien.

Nos ha encantado. Amsterdam es total. Nos ha gustado todo o casi. Si se me permite, tan solo es negativo el impacto visual que produce tanta bicicleta amontonada. No me refiero a las que circulan, pues eso es envidiable no hay otra ciudad en el mundo igual. Por lo demás repetiré siempre que pueda.

Una ciudad preciosa, carísima, con gente muy amable y atenta. Aunque es una pena el miedo que dan las bicis (más que los tranvías), en una semana llegamos a ver a una bici arrollar a una chica. Especial atención a los ciclomotores por los bicirailes, nos extrañó verlos a toda pastilla por donde no deben ir, hay que tener mucho cuidado con ellos. Por lo demás hay oferta para todo, por muy lamentable que sea la visión de las chicas expuestas como ganado en escaparates. Pero para gustos los colores.

Ciudad facil de ver,no es tan cara como habia oido,tienes posibilidad de comer y beber a cualquier hora,transporte publico fantastico.Es una ciudad donde no hay grandes museos ,ni grandes obras arquitectonicas que ver ,alli ves la ciudad en si.Te llama la atencion la cantidad de canales que hay ,la poca altura de sus edificios,la utilizacion tan bestial de la bicicleta...Su gente es amable,se hace entender,realmente su lema de vive y deja vivir, es cierto.Repetiria

Amsterdam es una ciudad algo caótica en la zona de Central Station, bicis, buses, trambias, coches , miles de personas con maletas... Pero al adentrarte en la ciudad .... hay barrios donde se respira una tranquilidad y una paz...

El viaje a Amsterdam muy bueno, es una ciudad maravillosa con miles de cosas para hacer, desde visitar un gran museo, sentarte en una plaza a disfrutar de todo lo que te rodea, hasta degustar un helado magnum con los ingredientes que tu elijas!!!

Me ha encantado. Es una ciudad muy auténtica y con mucha personalidad. Sus casas, sus canales, el mercado de las flores... Me molestaba un poco el constante olor a porro, pero supongo que para otros es uno de sus principales atractivos. El barrio rojo sorprende bastante. Y lo de tanta bicicleta hace que ser peatón resulte algo incómodo. Pero merece la pena pasar unos días.

Nos ha gustado a todos mucho la ciudad y los pueblos de alrededor. Los museos (Rijks y Van Gogh) impresionantes!! Ciudad con mucho ambiente en sus plazas. Lo peor el calor húmedo, insufrible, aunque era raro allí tanto calor según nos dijeron... Se ve que nos llevamos la ola de calor desde España hasta allí...

Amsterdam, es complicado definir en pocas palabras los sentimientos, los recuerdos de esta ciudad. Resumiendo diría que no es una ciudad para visitarla en familia, más bien es una ciudad a evitar y mejor cambiar el destino por otras ciudades más tranquilas, más sociables, en general más aptas para pasar unos días. Es una ciudad tremendamente cara, los horarios de los museos y de las diferentes actividades son muy restrictivos, dejando poco espacio para un viaje cultural. Es una ciudad más bien para una franja de edad más joven, sin niños y que busque sexo y drogas. Sé que es un tópico, pero es cierto. Pocos niños se ven en la calle, así como gente mayor. El nivel de arquitectura monumental es mínimo, normalmente cerrado, y con usos diferentes o distintos al origen del edificio, buscando la amortización económica. Por último comentar el caos circulatorio en el que está sumergida esta ciudad, los atropellos a los niños y de no tan niños, por las bicicletas está a la orden del día. Ciudad estresante, maloliente y sin monumentos o actividades culturales interesantes, o reducidas en horario. Finalmente si estás pensando en ir a algún país europeo te recomiendo que visites antes cualquier otro destino y por último para comprobar lo que te digo, visita Amsterdam como último recurso. Ah, si me pierdo, no me busquéis en Amsterdam

El viaje estuvo fenomenal, nos gusto mucho el tipo de vida, los canales y el transporte en general. A la llegada cogimos el tren desde el aeropuerto hasta la estacion central, y luego tuvimos que coger un tranvia hasta el hotel, que estaba en la zona de los museos. En el hotel nos enteramos que habia autobuses urbanos que te dejaban en la misma puerta del hotel.