Praga es una ciudad magnífica con un lado misterioso y mágico que hay que visitar al menos una vez en la vida.
Una de las grandes ventajas de este destino son sus precios asequibles. Es fácil encontrar un fin de semana en Praga por menos de 250 € en un hotel de 4 estrellas. Un destino práctico si tienes un presupuesto limitado, ideal para sorprender a tu pareja. Para descubrir Praga, me encantan los primeros días de diciembre. Abstente si eres friolero, ya que las temperaturas pueden ser gélidas, pero si te abrigas bien, la ciudad te revelará sus mejores secretos. Piérdete por sus calles, que esconden numerosas galerías y jardines de gran belleza.
El castillo es un lugar mágico que puedes visitar tanto de día como de noche, cuando el ambiente cambia por completo. El reloj astronómico es otro destino turístico que no puede faltar en tu fin de semana en Praga. No te pierdas el espectáculo que tiene lugar cada hora.
En primavera, la ciudad se transforma. Los checos salen a la calle y ocupan la orilla del río para merendar sobre la hierba. Si participas en estos ágapes, tendrás una visión completamente diferente de la ciudad.
No te olvides de asistir a un concierto en una de las múltiples iglesias de Praga. Mi preferida es la de San Nicolás de Malá Strana, que cuenta con una acústica realmente increíble. Aunque no seas un gran aficionado a la música, la experiencia vale la pena y está al alcance de todos los presupuestos.
André Breton definió a Praga como “la capital mágica de Europa”. Una combinación de estilo románico, gótico, barroco, rococó, art nouveau y cubismo. Para evitar las hordas de turistas que ocupan el centro histórico, piérdete por las callejuelas del sur de Karlova y disfruta de un fin de semana “diferente” en Praga. La ciudad de los 100 campanarios esconde innumerables sorpresas. Date un paseo por el muelle Masaryk (Masarykovo Nábrezí) y admira sus edificios neobarrocos. Acércate a la plaza Jirásek para contemplar la “casa danzante”, originalmente denominada “Fred and Ginger” en honor a la famosa pareja de bailarines, que realmente parece estar en movimiento.
Para que a tu fin de semana en Praga no le falte nada, tómate una cerveza en el Grand Café Orient, la cafetería cubista (hasta el mobiliario) de la ciudad.
Sí, un fin de semana en Praga también puede ser sinónimo de fiesta. La vida en Praga no es nada cara, y hay un bar en cada esquina. Todo bar que se precie cuenta con un futbolín. Escondido entre sus sinuosas callejuelas, el café literario Tynská atrae a una clientela bohemia. En la entrada hay una biblioteca, y podrás jugar al ajedrez o a las cartas. Para disfrutar de una noche de jazz, acude al Agharta Jazz Centrum. Y para bailar, prueba la pista del Cross, una discoteca “underground” en la que se aceptan animales.
Algo nos dice que tu fin de semana en Praga estará repleto de actividades.
Resulta fácil comer por menos de 10 € por persona, de modo que tu fin de semana en Praga será de lo más económico. No te olvides de añadir un 10 % de propina a la cuenta, pero no la dejes en la mesa, ya que está mal visto. Si quieres huir de los turistas, no vayas a los restaurantes del centro histórico o de Malá Strana. Aunque toda regla tiene su excepción: U Fleku, un enorme bar-restaurante que elabora su propia cerveza.
La arquitectura de este edificio construido en 1499 y que alberga un museo de la cerveza, merece el desplazamiento. Un fin de semana en Praga también es sinónimo de gastronomía y cultura.