Con sus olivares, sus iglesias góticas y sus mercados, Mallorca tiene un encanto indudable. Además, la isla aún conserva algunos rincones alejados del mundanal ruido ideales para descansar, como sus recónditas playas de arena blanca. Tu fin de semana en Mallorca será inolvidable.
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Dar esquinazo a los turistas durante un fin de semana en Mallorca: ¿misión imposible? El 93 % de la economía de esta isla de las Baleares proviene del turismo y un 7 % de sus residentes son alemanes. Así pues, quedan pocos lugares apartados en la isla, y la mayoría de las playas no se encuentran entre ellos. Pon rumbo a los olivares, a los pueblecitos interiores con sus iglesias góticas y a las montañas áridas. Lo ideal es salir de la pequeña localidad de Sóller y de su encantador mercadillo. Para llegar desde Palma, hay que tomar un tren antiguo que atraviesa magníficos paisajes. Desde allí se pueden realizar numerosas excursiones, de las cuales, la más famosa es la peregrinación hasta el monasterio de Lluc, a una veintena de kilómetros.
La gastronomía mallorquina es rústica: el tocino, la sopa y el pescado son la base de casi todos los platos típicos. Cuando vayas de fin de semana a Mallorca, lo mejor que puedes hacer para comer es buscar un rincón tranquilo en una playa un poco recóndita, encender un buen fuego con leña y preparar unas sardinas a la brasa.
Perfecto para un fin de semana económico en Mallorca. Si te apetece cenar unas tapas sencillas y deliciosas, Sa Posada de Bellver, en Palma, abre hasta las 3 de la madrugada y permite evitar a los turistas. En los últimos años, han abierto sus puertas restaurantes más refinados y en la actualidad la isla cuenta con un total de seis estrellas Michelin. Así pues, si quieres darte un capricho sin tirar la casa por la ventana, prueba las exquisiteces de Sa Canova (alrededor de 30 € por persona), un excelente restaurante en el que su chef, Jerónima Mascaró Pons, se ha especializado en poner de moda la gastronomía tradicional de Mallorca.
En Mallorca las discotecas no escasean. La mayoría de los bares y discotecas son de propiedad extranjera, sobre todo alemanes y británicos. Los sitios de moda cambian constantemente, pero hay clásicos que nunca mueren, como el Tito’s, con una clientela ligeramente mayor y unas vistas espectaculares de la playa de la bahía de Palma. Si quieres disfrutar de un fin de semana en Mallorca divertido a más no poder, acércate a Magaluf, a 20 kilómetros de Palma.