Ya sea con amigos, en familia o en pareja, pasar un fin de semana en Ámsterdam es una idea de lo más atractiva.
Gracias a su excelente red de tranvías, podrás trasladarte cómodamente hasta los barrios que rodean el casco antiguo de la ciudad, a los alrededores de la estación central o al célebre Barrio Rojo. El punto de partida ideal para hacer rutas a pie por la ciudad es el barrio de los museos, ya que desde allí se puede llegar fácilmente, a pie o en bicicleta, a los diferentes puntos de interés de la ciudad. Es un barrio muy cultural (aquí se encuentra el Museo Van Gogh), pero también muy animado.
Nada como dar un paseo por la orilla de los canales que vertebran la ciudad y hacer una parada en el famoso mercado de las flores de Bloemenmarkt o en Vondel Park para asistir a un concierto gratuito. Encuentra ofertas de hoteles en Ámsterdam, para que puedas disfrutar de los mejores precios.
Colas interminables en el Rijksmuseum y el Museo Van Gogh, cafeterías abarrotadas en el centro y actividad incesante en el Barrio Rojo. Si no sales de las rutas principales, tu fin de semana en Ámsterdam será agotador. Por ello, te sugerimos que te dirijas a los canales y barrios como Jordaan y Jodenbuurt... ¡en bici!: sin lugar a dudas, la mejor forma de descubrir la gran Ámsterdam y sus innumerables cauces de agua. Sus callejuelas están jalonadas por magníficas casas señoriales, como el canal Egelantiersgracht, que esconde numerosas maravillas arquitectónicas. ¡Un fin de semana diferente en Ámsterdam!
Con más de 1400 bares y cafeterías, Ámsterdam es, sin duda, uno de los grandes destinos europeos para salir de marcha. Las modas cambian rápido, pero algunos sitios han sabido conservar su reputación generación tras generación. La plaza Leidseplein sigue siendo uno de los epicentros de la noche de Ámsterdam, ya que alberga dos locales nocturnos imprescindibles, cuna de la contracultura: Paradiso, por sus conciertos, y el Melkweg (una antigua lechería), por su eclecticismo. Entrar en ellos es una de las actividades que no pueden faltar en un fin de semana en Ámsterdam.